Imagen de perfilEl ciborg 2761

JUAN LOZANO GARROTE 

El ciborg 2761 había resultado eficaz, había que reconocerlo. Especialmente diseñado para impartir justicia, se había proclamado campeón entre los jueces del orden civil con un total de 10.000 sentencias anuales y casi 5000 medidas cautelares, todo ello con un escaso margen de apelación. Menos del 0,1% de sus sentencias eran «tumbadas» por la Audiencia.

El problema llegó cuando empezó a dar fallos y admitió un recurso de reposición en una vista que dirimía una disputa familiar. Nadie se podía explicar lo que había pasado y algunos se llevaban las manos a la cabeza preguntándose si lo siguiente sería admitir un reconocimiento judicial.

Por precaución, el Ministerio decidió finiquitar al ciborg 2761 con una nota de agradecimiento.

Al día siguiente, sobre el estrado le sustituía el ciborg 2762.

 

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