Imagen de perfilDía de pesca

Gabriel Cauterucci 

El pequeño bote se mecía sobre la superficie del agua. Hacía más de dos horas que no parábamos de “pescar”.

Mi hijo era incansable. Sus pequeñas manos se movían a toda prisa.

Mi semana había sido agotadora. Otra demanda rechazada contra las empresas que habían vertido desechos en el lago…

Apenas si habia dormido y no tenía fuerzas para seguir el ritmo.

Distraído, sostuve la red y recordé cuando veníamos con mi padre. Nunca conoció a su nieto pero creo que le hubiera gustado compartir esta “pesca”, aunque no fuera la tradicional.

La voz agitada de mi hijo me devolvió a la realidad:

-Falta mucho, papá.- Retomé la tarea con las pocas fuerzas que pude conservar.

A los pocos minutos, el bote estaba lleno de plástico. Era hora de volver a la orilla.

Yo había perdido la fe en la Justicia, pero así conservábamos la esperanza en un futuro sostenible.

 

+22

 

Queremos saber tu opinión

10 comentarios