Imagen de perfilUNA DEFENSA APASIONADA

Joaquín García 

A pesar de no contar con excesiva experiencia, no dudé que me encontraba ante uno de esos casos en los que hay que traspasar la linde del estricto jurídico para impregnarse de cierto sentido del dramatismo. Y me permití la licencia actoral, desoyendo los consejos de mis veteranos colegas sobre que toda defensa construida desde el dramatismo y la búsqueda de sentimientos convierten el mejor alegato posible en ese castillo de arena con el que nuestra minuta de honorarios no pasará de ser papel mojado. Pero mi cliente se parecía tanto a mí que no pude evitar defenderlo como si me estuviese defendiendo a mí mismo, hasta que al escuchar el fallo del juez me vi arrestado, comprendiendo que al investigar junto a él su caso le había permitido conocerme lo suficiente como para que nadie percibiese que era yo condenando por sus delitos de usurpación de identidad.

 

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