UN TALENTO INNATO
Antonio Presencia Crespo Ni lo elegí, ni lo busqué. Tenía esa capacidad desde niño y puse empeño en fomentarla, nada más.
Al principio la gente me contaba sus cosas. Yo no podía evitar mirarles con atención, y de repente, ocurría. Pronto se convirtió en un hábito. Mis padres y vecinos me decían a menudo: ¡Cuánto ayudas!
Fui creciendo y seguía viniendo gente a verme: amigos, personas ancianas e incluso niños. Me hice cooperante mientras estudiaba Derecho. En los campos de refugiados la gente me contaba sus sufrimientos en el mar, las ilusiones que se quedaron en las alambradas. Entonces, sin darme cuenta, ocurría. Me salía natural.
Ahora soy abogado. Sigue pasando. Las personas vienen a mi despacho, me cuentan sus problemas. De primeras simplemente les oigo, pero luego, les miro más detenidamente, me acerco a ellos, pongo un poco de atención, y de pronto, ocurre; sin saber cómo… escucho con toda el alma.
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Una creación que nos invita a una reflexión personal muy valiosa. Enhorabuena, Antonio.
Gracias Daniel, Muy amable
Hola, Antonio.
Un micro social que eriza el vello. Qué alma tan bella tiene tu protagonista. Te deseo mucha suerte porque tu historia la merece.
Abrazos.
Hola Towanda. Te agradezco mucho tus comentarios, aunque para almas bellas e historias triunfadoras, tus protagosnistas . Mucha suerte. Abrazos
Me ha puesto los pelos de punta. Muy bueno.
Gracias Berth, te agradezco mucho el comentario