Imagen de perfilMAKTUB

Verónica Rodríguez Fulgueiras 

Era la noche perfecta, recuerda. No había luna y la oscuridad fue su mejor aliada. Se guardó la única foto que tenía de sus padres y saltó la alambrada huyendo de una guerra que no le pertenecía. El miedo que asomaba en sus aún infantiles ojos negros no le paralizó cuando aquel hombre, el mismo que le haría enamorarse del derecho y que ahora le acompaña, le llevó por mar a la costa que sería su nuevo hogar.

Mientras espera a que mencionen su nombre una inquietud similar le invade. Justo hoy, el día que jura como abogado, se cumplen once años del momento en que llegó al campo como un refugiado más. “¿Maktub?” -se pregunta. El mismo destino que le trajo, mañana le guía a Lesbos. Vuelve a guardarse la pequeña foto bajo la toga que con hábil experiencia le ha ceñido su padrino.

Es su turno.

 

+2

 

Queremos saber tu opinión