Imagen de perfilEl sentido de ser abogado

Silvia Pérez Amador de Castro 

Mi papá me obligó a estudiar una carrera que yo no quería. Por mucho tiempo, ejercí sin mayor gusto. Un día vi en la televisión a cientos de personas frente a una alambrada y que intentaban atravesar hacia un campo de olivos. El hombre de las noticias decía que habían cruzado el mar en busca de una vida mejor, pero que aquí no serían bien recibidos porque teníamos miedo de tanta gente tan diferente a nosotros. Y de pronto, ante una gran crisis, encontré el verdadero sentido de ser abogado. Decidí luchar por ellos. Conseguirles hogar, trabajo, una vida digna. Si habían dejado su patria, yo podía ayudarlos legalmente y que su nueva situación fuera más llevadera. Un refugiado a la vez… y así, llevo ya 20 casos de migración legal y 20 familias que comienzan a recuperar sus sonrisas.

 

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