Un abogado excelente

Cristina Niubó Morales · Hospitalet de Llobregat (Barcelona) 

Celebrando el cumpleaños del abogado Rupérez, llegó el momento de ofrecer la tarta. El letrado se emocionó al descubrir la palabra “campeón” decorando su pastel. Creyó que con esa contundente dedicatoria, sus colegas reconocían su triunfo laboral; la pasión por el Derecho, resultado de su herencia familiar, daba como fruto la excelencia. Y Rupérez, emocionado, improvisó un vehemente discurso de agradecimiento. Pero nadie le confesó que aquella no era su tarta, sino una de sustitución. El repartidor de la pastelería, era un incompetente, un verdadero petardo que al tropezar con sus chanclas en la entrega, había caído sobre el pastel original, aplastándolo y colapsando la circulación de la Gran Vía. Para subsanar el desaguisado, el pastelero sólo disponía de una tarta con Pitufos y otra para el socio de una peña futbolística. Rupérez jamás entendió por qué su pastel representaba un balón de fútbol, pero, pletórico, decidió saborear su triunfo.

 

 

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