Un veterano más

Ana Poveda Ribes · Alicante 

Se abrieron las puertas de la Audiencia Provincial. El Abogado defensor salió por la puerta atestada de gente. Ovacionaban su actuación. Aplausos, felicitaciones, entrechoque de manos, honraban la profesionalidad del veterano D. Miguel Aparicio. Enhorabuena!, Muy bien Miguel….! El hombre con la cabeza gacha y una leve sonrisa avanzaba ligero intentando llegar a la sala de togas para volver con rapidez a su despacho. En su sillón relajó la tensión acumulada pero su cabeza le repetía “es culpable , es culpable, lo ví en sus ojos el primer día”. La declaración del soldado en calidad de testigo de la defensa y la falta de pruebas del Fiscal iban a liberar a un cruel asesino. Miguel estaba cansado de su profesión. El torrente social que le arrastraba le daba alergia. Cogió el sombrero. Dejó un escrito sobre la mesa: “no volveré jamás”. Una gardenia reposaba sobre la tumba de una niña.

 

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