El balcón

Margarita Agueras Moreno · Valencia 

Un escalofrío recorrió su cuerpo al oír la noticia en la televisión. La niña de tres años, que días atrás se precipitó por el balcón de su casa, acababa de morir. Llamó a su hermano Pablo, uno de los mejores abogados de la ciudad, le contó todo lo que había pasado y le dijo que el único testigo era la abuela de la niña y que la señora padecía una alergia que le impedía ver bien. No hagas ninguna declaración, fue lo primero que le dijo su hermano. El sabía perfectamente que había soldado mal los barrotes del balcón por donde se precipitó la niña, de nada iba a servir que su hermano le aconsejara como debía ser su defensa. Iba a vivir el resto de su vida con la muerte de esa criatura sobre sus espaldas.

 

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