Amor imposible

Rubén Gozalo Ledesma · Salamanca 

Tu escrito con la declaración de amor me dejó sin palabras. Durante años había sido testigo de excepción en la sala. Mi alergia al compromiso, el miedo al rechazo provocó que nunca te dijese nada. Aun así, me fijé en ti desde el primer día. ¡Cómo olvidarte! Siempre impecable, firme en tus convicciones como un soldado, poniendo orden a quienes cometían desacato o pronunciaban una palabra ofensiva al tribunal; jamás dejaste que calumniaran, injuriasen o insultasen a nadie. Por eso me gustabas, por tu determinación y fiereza cuando el eco de tu voz se proyectaba raudo en la sala. ¡Pero compréndelo! Yo soy una toga y tú, un mazo. Lo nuestro es imposible como ese sueño de una noche de verano.

 

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