NO CUENTES LA VERDAD
Ana Isabel Rodríguez VázquezEn el momento del accidente mis padres debatían animadamente sobre si me debían inscribir en un campamento de verano.
Era una tarde lluviosa. Una niebla plomiza nos envolvió y, cuando escuchamos el fuerte golpe, ya era demasiado tarde.
Lamentar lo ocurrido y enviar flores no salda las cuentas con la justicia. Tras el atropello, a mi padre lo acusaron de homicidio involuntario, y un pronunciamiento desfavorable podría llevarlo a la cárcel.
El abogado insiste en que mi declaración sería de gran ayuda en el juicio, pero mamá dice que no lo va a permitir y me ofrece asilo entre sus brazos y la prominente curva de su vientre. Papá se muestra tranquilo y me recuerda que, ni bajo juramento, debo confesar que la que conducía el coche aquella tarde era ella.
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Perfecta descripción de un error con fatales consecuencias. Un relato brillante, muy bien escrito. Enhorabuena, mi voto, y un abrazo
Eres muy generoso con tus palabras, Nicolás.
Te agradezco mucho la amabilidad y el apoyo.
Un abrazo.
De la verdad se dicen muchas cosas, como que nos hace libres y siempre se abre paso. También es cierto, sin embargo, que hay ocasiones en los que el silencio o la falta de pronunciamiento, que no la mentira, también es una opción plausible, más aún cuando el amor está por medio, que lo justifica casi todo.
Un relato con pactos, sacrificios y trabajo en equipo.
Un abrazo y suerte, Ana Isabel
Tienes razón, Ángel, el amor lo justifica casi todo.
Pero al niño le toca un papel complicado.
Gracias por comentar. Un abrazo.
Ay, ANaaaa… que me has tenido en vilo todo el relato… qué buenooo!!! El final te quita la respiración!!!
Me ha gustado mucho, narración bien llevada, con los datos justos y esclarecedores… bravo, Ana!!!
Te mando mi voto y un abrazo
Marta
Que maja eres Marta. Me encantan tus comentarios tan expresivos y llenos de vitalidad.
Muchas gracias, compañera.
Un beso.
El jurado lo va a tener muy fácil este mes….
Mi voto
Ya sabes que por aquí hay mucho nivel, no creo que el jurado lo tenga fácil. Pero agradezco tu optimismo y tu voto.
Un abrazo, Alyne.
Felicidades, Ana I.
Me encanta tu historia. Suertísima con ella.
Un abrazo enorme.
Muchas gracias, Towanda. Yo también te deseo suerte con tu micro, es estupendo.
Un beso.
No siempre «la verdad nos hará libres».
Menuda losa para toda la vida.
Un abrazo, Ana Isabel, y mucha suerte.
Callar la verdad se puede convertir en una esclavitud.
Muchas gracias, Margarita.
Un abrazo.
Un giro sorprendente que en una historia tan corta da para mucho. Enhorabuena. Mi voto y un abrazo!!
Gracias por tu apoyo, Juan. Te envío un fuerte abrazo y espero leerte por aquí.
Somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos… Sin palabras, Ana… me quito el sombrero. Menudo giro final te has sacado. Felicidades y mucha suerte.
Muy amable, Francisco. Gracias por tu comentario.
Un saludo.
Relato sorprendente en su giro final. Enhorabuena, mi voto
Que bueno que te sorprenda, era lo que pretendía.
Muchísimas gracias, Anselmo.
Un abrazo.
A veces se hace necesario no contar la verdad, y si es por el bien de la familia con más motivo. Un gran relato resumido en pocas palabras, enhorabuena Ana Isabel. Cuenta con mi voto. Saludos.
Muchas gracias, José Manuel. Se agradece el voto, pero sobre todo el comentario tan amable.
Un abrazo.