Odiando que algo queda
Manuel Terrádez GurreaEstos días estoy en la Feria del Libro firmando ejemplares de mi última obra: «El arte de comunicar: un análisis semiótico del mensaje». Pero en la caseta me siento como encerrado en una urna, así que hoy he decidido salir a firmar desde el exterior, lo cual me permite también visualizar la competencia. No me ha sorprendido ver las largas colas en los influencers y otras estrellas mediáticas. Sin embargo, sí me ha causado cierto asombro comprobar que el abogado de la caseta de enfrente tenía una cola nada despreciable. Me he acercado a preguntarle qué firmaba y me ha dicho: «No, caballero, yo no firmo libros, sino respuestas a las demandas de los lectores a quienes no ha gustado el libro de mi cliente. Verá, desde que cerraron Internet, los haters han tenido que buscar otro entorno donde dar rienda suelta a su odio». Me he quedado su tarjeta.
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El odio siempre encuentra la manera de hacer daño. Hay que estar preparado para defenderse de él.
Buen relato, Manuel. Te dejo mi voto.
Besos.
Muchas gracias, me alegro de que te haya gustado.