Imagen de perfilRECETA PARA SER BUEN ABOGADO.

JUAN CARLOS MONTERDE GARCĺA 

Hace ya muchos años, pero aún me acuerdo del día que empecé de pasante en aquel despacho de Gran Vía de Madrid. En la puerta de entrada del bufete mi querido y exánime maestro había colocado este pequeño cartel:

Receta para ser buen Abogado:

Del buen trigo se hace la buena harina. De la buena harina se fabrica el buen pan. Del buen pan se alimenta cada día el buen Abogado. Del buen Abogado salen las buenas defensas. De las buenas defensas no podrá originarse, de un modo genérico, la renuncia del cliente a los servicios profesionales de su buen Letrado. Y del asentimiento de aquel a continuar el pleito nace una de las buenas satisfacciones morales en el ejercicio de la Abogacía. Moraleja: conseguir ligar el cliente a tu buen trabajo es la maravillosa empresa que se te encomienda desde este instante. ¡Bienvenido, Señor pasante!.

 

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