ESA MIRADA

Mª Antonia Beut Paccini · Madrid 

Mi vida eran aquellas cuatro paredes, la mesa de madera de roble gastada por el paso del tiempo, y el roce de las carpetas de tantos casos llevados a lo largo de estos años. Aún le recuerdo con su pañuelo de encaje asomando del bolsillo de su chaqueta. Iba a ser juzgado, acusado de matar a un asesino , solo quería vengar la vida de su hermana. Mi deber conseguir su libertad, una libertad que no supe defender. La sentencia falló: asesinato. Una semana después, decidí cerrar aquel despacho, allí deje todo, incluida mi vida. Cogí un barco que me llevo a las islas, hoy once años después, sigo sin olvidar esa mirada de súplica en sus ojos, mientras aspiraba el humo del cigarro. Comienza la feria de las flores, es primavera, otro año y sigo recordando.

 

 

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