AMOR FRATERNO

Joaquín Valls Arnau · Barcelona 

Desde que, hace dos años ya, mi hermano llegó a esta casa, es como si me hubiera vuelto invisible. Que si Gregorín es un cielo, que si no hay niño más guapo en el mundo¡€™Pero mi paciencia también tiene un límite. He ideado mi plan a conciencia para que todo encaje. Hace un rato, mientras papá y mamá miraban la tele, me he colado en su habitación y he depositado dentro de su cuna, bajo la manta, varias cosas muy valiosas: mi oso Lucas, que gané en una feria; de papá, el barco a escala y un gran cigarro puro; y de mamá, el anillo de zafiros y brillantes que heredó de la abuela y que guardaba bajo llave en su joyero. Mañana, cuando vayan a despertarle, se descubrirá el pastel y Gregorín será acusado de robo. Quizás incluso tendrá que buscarse un abogado, y de los buenos.

 

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