Acto reflejo

Esther Delgado Moreno · San Adrián (Navarra) 

He apagado el cigarro en la bandejita a la entrada del Juzgado, dejando esa res nullius arder hasta la muerte. La señora de siempre estaba lista con mi acreditación. Hoy, con un escote particularmente irresistible para el ojo humano y pintas de haber dado con las existencias de rebujito de la Feria la noche anterior. Al dirigirme al ascensor, he advertido la mirada del guardia en el encaje de mi escote. Mi cliente esperaba pulcramente ataviado con un traje que le hacía parecer capitán de barco. Acusado por acoso sexual en el trabajo. Según ella, cada vez que hablaban, él miraba permanentemente a sus pechos. Al incorporarme de recoger unos papeles le he cazado con la mirada en mi canalillo. “¡Qué narices!”. Ni él era un pervertido, ni nosotras unas busconas. Él seguía el instinto, y nosotras, la moda. “La culpa, señoría, es toda de Sarah Jessica Parker”.

 

 

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