Reinando al fin

Marta Trutxuelo García · Andoain (Guipúzcoa) 

Seis campanadas. Era la señal. El viejo abogado levantó la vista del periódico y fue a prepararse. La asistencia de la crème del mundo de la judicatura estaba asegurada, según se desprendía de la carta que solicitaba su personación en el acto. —Hoy se jubila un gran hombre. No tuvo inconveniente en vestirse de payaso para costearse la carrera. Así consiguió enfundarse otro disfraz: una toga que ha paseado con honor por nuestros juzgados. ¡Demos la bienvenida a nuestro arlequín, Natalio Pajarín, de la justicia ferviente paladín! —Gracias, amigos. ¿Por qué me miráis así? ¿Pensabais que colgaría la toga para llevar una vida triste de pipa, zapatillas y batín? Estáis muy equivocados. Yo, Natalio Pajarín, voy a cumplir mi gran deseo… ¡ser una drag queen! —dijo el viejo abogado, encaramado en unas plataformas de vértigo, embutido en un modelito de diseño años ochenta y con una amplia sonrisa de carmín.

 

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