La realidad

María Elena del Barrio · Santa Cruz de Tenerife 

Esa mañana,cuando llegué al Juzgado, me encontré con una realidad extraña. Todo el mundo estaba en su puesto. No había ninguna baja,ninguna falta de asistencia. De puntillas,entré en mi despacho y cotejé mi agenda con la única vista que,por su complicación, estaba señalada para ese dia. Increíble,todo estaba perfecto, incluso había un posit del funcionario que confirmaba la personación de las partes,testigos y peritos. Las dos primeras horas fueron de cine. A la tercera empezó a fallar el DVD. No lo vi como una señal. El reproductor era una maravilla de diseño, última generación. Me hizo gracia cuando la secretaria se lió a porrazos con el aparato. Me reí porque esa mañana yo me había convertido en un juez maravillado y feliz, en un niño que se divertía trabajando. Lentamente salió un trocito del disco. Luego el resto. Me cayeron de golpe los cincuenta.

 

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