Locura de amor

María Teresa Castro Alonso · Picaña (Valencia) 

La diligencia que recibí del Juzgado esa mañana me dijo lo que yo ya sabía. Paradero desconocido. Ella desapareció aquel día sin dejar rastro. Me pegó un tiro porque estaba absolutamente convencida de que la engañaba. Me quedé inconsciente en el suelo, bañado en un riachuelo de sangre. La huella eterna del amor y la venganza. Por suerte, la bala sólo me rozó el costado. Desde entonces la busca la Ley. Yo no. Sé que ella ha vuelto a su mundo. Se perdió en sus sueños. Se olvidó de quién era. Yo no la engañé. Encontré más tarde los resultados de su escáner. Tenía un tumor cerebral. La boda iba a celebrarse dos semanas después. Sé que nunca volverá. Sólo me queda esperar a que la locura me envuelva en su manto y pueda reunirme con ella en los recodos perdidos de mi inconsciencia.

 

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