Lágrimas de cocodrilo

¡µlvaro Corcuera Ruiz · Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) 

La conferencia versaba sobre la doctrina legal vigente en referencia a desahucios por impago de hipotecas. Don Eladio, Presidente del banco más importante del país, sentado a mi derecha, me dio unas palmaditas en la espalda al terminar mi intervención. Después de exponer mi investigación jurídica al respecto, barriendo siempre para casa (para su casa, para ser exactos) y dejando claro que la banca no debía pagar el pato, comenté los últimos casos en los que había participado personalmente y, siguiendo el plan del Presidente, derramé unas tímidas lágrimas para zanjar mi exposición con un toque realista y emotivo. Don Eladio se levantó y se dirigió al atril con su habitual ritmo y elegancia, acompañado del aplauso de los asistentes. -He aquí -dijo señalándome- un abogado ejemplar. Mis lágrimas iban a hacerse reales. -Un ejemplo de esta sociedad actual: egoísta, ambicioso y, lo peor de todo, llorica. Se hicieron reales.

 

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