CUENTA ATRAS
ANA MARIA PEREZ SANCHEZ · MadridDesde primera hora de la mañana había mucho movimiento. La gente había empezado a concentrarse frente a la puerta, el momento estaba cerca y se presagiaba lo peor. El propietario de la casa tomó el megáfono tras asomarse a la ventana y comenzó a hablar como si fuera a dar una conferencia, sus palabras nerviosas dieron pie a una lágrima que quedó congelada, como en pausa, justo en el momento en el que un coche negro enfiló la calle dirigiéndose al tumulto. El tiempo se había agotado. Del coche bajó un abogado trajeado, ya sólo su presencia marcaba auténtica doctrina. A pesar de su aspecto impoluto su cara reflejaba claramente que le había tocado pagar el pato. Apenas había conseguido avanzar unos pasos cuando su móvil sonó. El silencio se hizo un hueco y las caras de los presentes cambiaron de forma radical tras escuchar las palabras “desahucio paralizado”.