SENTENCIA MILLONARIA
Guillermo Portillo GuzmánEl manido café de media mañana, aburrido y monótono por los temas que día tras día se repiten una y otra vez, se transformó de forma instantánea en una primavera exultante llena de colores.
Intenté razonar, procuré mantener los nervios templados, me vi tentado de hacer una confesión y hasta pensé compartir con mis socios del despacho aquel triunfo y hacerlos partícipes de mi suerte.
La formación moral que adquirí en la Facultad de Derecho en mis años de estudiante me obligó a ser ponderado y desapasionado, por lo que las ganas de pedir una botella de champán quedaron del todo anuladas.
Había tenido éxito en los tribunales durante años de esfuerzo y duro trabajo, pero aquel triunfo valía mucho más que todos los anteriores juntos.
Estaba eufórico, alborozado, realmente feliz. Aquella victoria afortunada cambió mi vida.
El resguardo de lotería primitiva que tenía en el bolsillo, así lo sentenciaba.
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Qué bueno, Guillermo.
Me gusta cómo ese café de media mañana dio paso a la primavera más exultante de todas las vividas por tu protagonista. El texto corre fluidísimo (felicidades por eso) y las palabras obligadas parece que te salieron del tirón.
Ese resguardo premiado justifica a la perfección el título.
Suertísima con él.
Abrazote.
Muchas gracias por tus palabras, me invitan y me incitan a seguir intentándolo.
Un abrazo con un café.
Guillermo, mi enhorabuena por el boleto y por el micro. Uno de mis votos es tuyo. Un abrazo
Amigo Esteban, te agradezco tus enhorabuenas y por ende, tu voto.
Debido al boleto, el mes que viene escribiré el nuevo relato desde Mauricio. Me refiero a la isla, no a la casa de mi amigo con el mismo nombre.
Echo mucho de menos tus letras…
Un abrazo.
Mucha suerte este mes, como la que destila tu relato.
Hace falta mucha suerte en este concurso para ganar porque hay relatistas con mucho nivel y un buen hacer literario difícil de superar.
Suerte con el tuyo, David. Un abrazo.
¡Vaya! Ya me parecía a mí que tanta alegría no podía venir del juzgado, ni de ninguna otra administración que no fuera la de lotería.
Enhorabuena. Un abrazo.
Pues la realidad no es tan alegre como el relato porque los seis numeracos no son los que aparecen en mi boleto, pero el que la sigue, la consigue. Un abrazo Ángel.
Enhorabuena por tu relato Guillermo. Espero que el párrafo final sea autobiográfico.
Suerte y un abrazo desde Boston!
Ese es el fin. Convertir la fantasía en realidad, pero no sé qué le pasa que se me resiste, oye.
Un abrazo desde Cadizfornia!
Guillermo, me alegra saludarte, votarte y comentarte. Tu relato es muy divertido. Muy bien contado. La lotería es también mi última esperanza. Tú, por si acaso, ve pidiendo el champán, que nunca se sabe. Enhorabuena. Un abrazo.
Tengo una botella en la nevera preparada y a la espera.
Lo bueno de ese juego es que no sabes cuando te toca ganar, y ya va siendo hora de quitar el alambre y pegar el taponazo.
Gracias y un abrazo.