Imagen de perfilRata de biblioteca

Carolina Navarro Diestre 

Me dijeron olvídate, no podrás, jamás tendrás una vida normal. Tus huesos son frágiles como ramitas de secuoyas y siempre te impedirán viajar. Pero, fruto de la desesperación, una idea transversal comenzó a gestarse en mi cabeza. Tal vez no podría salir de casa, pero viajaría desde mi biblioteca. Fue en ese momento cuando comencé a devorar libros que me llevaran de Oriente a Occidente, del Nautilus a la Luna, del exótico Tokio al lejano Macondo. ¡Resultaba enternecedora la protección de mis padres para conmigo! ¡A mí, la niña que cabalgaba en dragón! ¡La heroína que luchaba contra tigres de bengala! Del mismo modo, en algún momento decidí estudiar Derecho. Las leyes conformaban el alma del mundo y yo quería formar parte de ello; pese a mi quebradiza fragilidad, defender a los más débiles.

Estudiosa rata de biblioteca, he aprobado todo a la primera. En primavera me dan el título.

 

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