Imagen de perfilPRIMERA PROMOCIÓN

Virginia Murgas Gómez 

Todo comenzó una primavera. Me confirmaron el destino y dejé todo para salir a su encuentro. Recuerdo a retazos aquella tarde en la que un sinfín de gotas al compás resbalaban sobre los cristales de un tren quejumbroso que cruzaba un paisaje monótono y áspero.
Apearme en un destartalado andén, en el que me estaba esperando Manuel, el secretario de eterna sonrisa, con sus lentes de montura redondeada, bajo su paraguas con mango de marfil.
Viajar ensimismada y ansiosa a ese recóndito paraje, sin más protección que mis conocimientos, dispuesta a promover ciertos avances que los tiempos requerían. Una mujer al frente del juzgado suponía un profundo y transversal cambio en sus tradicionales planteamientos de cómo se habían hecho las cosas hasta la fecha.
Y tal cambio se comenzó a gestar con aquella primera convocatoria en la que obtuve mi plaza como titular. El resto es historia.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión