La última palabra
Manuel Rodríguez AntónAbogo por la belleza de la palabra,
porque con ella se construye y destruye todo, hasta los argumentos más sólidos.
Hablar con pausa y escuchar atentos.
Por desnudarnos en el estrado como en la vida y dar toda la protección al cliente,
peleando cada instante suyo como si fuera nuestro.
Abogo por volver a luchar por lo justo y no solo lo legal establecido.
por gestar defensas que son disparates y enarbolar causas perdidas de antemano.
Por recordarnos, sin dudar un segundo, que la inteligencia artificial nunca podrá suplantarnos porque nunca podrá crear arte y nosotros, además, también somos magos.
Abogo por gritar, muy alto, que no somos esclavos, de nadie, y que nos deben tiempo
para vivir la primavera que perdimos.
Así que permitidnos viajar, hacia un mundo transversal aun no inventado y recuperar el prestigio que nos robaron.
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