Las diferencias de los seres iguales.
Jorge Luis González CastroQuiso el destino que cinco abogados acordaran el confinamiento en su despacho. No saldrían hasta que se inventara la vacuna contra el coronavirus. Para evitar la propagación de la enfermedad y los conflictos en la convivencia trazaron líneas que denominaron fronteras. Como la mascarilla ocultaba parte del rostro se distinguirían unos de otros hablando cinco idiomas diferentes. Una noche se desató un incendio. Nada pudieron hacer mientras intentaban atravesar las fronteras sin poderse comunicar entre ellos. Ante las cenizas de lo que fue su despacho convinieron mudar la sede. Tras un esfuerzo mancomunado lo reinauguraron en un edificio cercano. Para no cometer los errores del pasado volvieron a delimitar las fronteras, pero esta vez dejaron pequeños espacios que llamaron pasos fronterizos. Luego distribuyeron extintores contra incendios en sitios estratégicos. Junto a los extintores colgaron pancartas con las instrucciones para su uso. Por supuesto, redactadas en cinco idiomas diferentes.
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Hola, Jorge.
Quiso el destino… (menudo comienzo de historia tan bueno).
Has contado una historia que me ha ido envolviendo mientras la iba leyendo. Deseando saber más y más con ese confinamiento y esas fronteras.
Gran micro. Muy grande.
Suerte, Cuba.
Un abrazo.