Imagen de perfilLa Naturaleza en el banquillo

MCarmen LLopis 

Me llamaron de un día para otro porque el abogado que tenía que ocuparse del caso había sufrido una apendicitis aguda y buscaron con premura al correlativo en la lista de reserva.
Allí estaba yo, pobre mentecato, con mi endeble argumentario intentando defender lo indefendible. ¿ A quien se le había ocurrido litigar contra la Naturaleza?.Muy al estilo americano mi cliente había demandado a una racha de viento por hacer caer un árbol sobre su coche. El Juez me miraba con gran curiosidad para ver por dónde iba a salir. Abogado¿ va a presentar testigos?. Si señor, respondí, pidiendo al agente que abriera la ventana de la Sala. Una ráfaga de viento hizo volar el bisoñé del Juez. Aquí mi testigo principal, dije, mientras el Juez corría tras su peluquín. No lo veo, dijo su Señoría, pero lo siente y lo sufre dije yo.
Ni yo me lo explico, ganamos.

 

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