Imagen de perfilDON RESURRECCION

Eva Cornudella Sáenz de Valluerca 

Solo don Resurrección podía llevar ese nombre sin parecer un mentecato. Podía decirse que era un nombre premonitorio; se salía de todas sin que le temblara el pulso.

Su inacabable argumentario había sacado de quicio a más de un juez. Era capaz de introducir réplicas y dúplicas a base de dar mil vueltas a los hechos, con aquella frase tan suya de:

-No, Señoría, me limito a contestar al correlativo.

Lo suyo era litigar. Utilizaba con destreza los recursos procesales hasta el agotamiento. Sus escritos inundaban los expedientes judiciales, incesantes, bajo su principio de oponerse a todo con rapidez, por la premura del tiempo.

Nadie redactó en sus años de ejercicio tantos escritos como él.

La última vez que se le vio fue en un acto de homenaje en su colegio profesional. Le dijo algo al oído al Decano cuando le felicitó. Luego abrazó la toga y cerró los ojos.

 

+13

 

Queremos saber tu opinión

7 comentarios