3,965 kilos
Laura Arjonilla Cristóbal · A CoruñaMi especialidad siempre ha sido apurar los plazos de prescripción, por eso cuando rompí aguas no le di mayor importancia. En vez de acudir con premura al hospital, me dispuse a ordenar unas demandas que tenía traspapeladas sobre la mesa. El mentecato de mi marido me ayudó. En su defensa diré que también es abogado. Nos gusta vivir al límite. A las dos horas me presentó por escrito un argumentario exponiendo sus motivos para acudir ya al hospital. Le formulé, como conclusión provisional, mi decisión de esperar un poco más. Obtuve su correlativo rechazo. Las conclusiones definitivas no me dejaron margen de actuación. Aunque quise pelear el asunto, una no está en condiciones de litigar en pleno proceso de dilatación. Finalmente me dejé vencer. Las costas fueron cuantiosas: 3,965 kilos.
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Esto es lo que yo llamo tener un buen parto.
Un saludo, Laura
Jeje Gracias por tu comentario Margarita. Un saludo!
Qué acertada la frase: «nos gusta vivir al límite», apurando los plazos, usando el día de gracia.
Suerte, Laura.
Muchas gracias Manuel, igualmente. Me ha encantado tu relato. Un saludo!
Como siempre me gustó ganar, y no solo los pleitos, si no cualquier juego, también me gustaría ganar un día el concurso de los microrrelatos, por eso pregunto, si alguien sabe lo que el jurado tiene mas en cuenta a la hora de dictar su veredicto.
Muchas gracias, saludos para todos.
BuenÍiiiiisimo. Eso es vivir al límite y no lo de escalar la cara norte del Eiger.