Vodkas para la memoria

Salvador Robles Miras · Bilbao 

El hombre repitió bajo juramento que era inocente, y que, en cuanto despertó en medio de una terrible resaca y vio a la mujer ensangrentada, llamó de inmediato al número de teléfono del cuarto de socorro. Recordaba cómo la había conocido, pero no lo que sucedió en el lugar del crimen. Se la presentaron en la fiesta, se gustaron, y, tras tomar varias copas, en el momento de la despedida, ella se ofreció a llevarlo en su coche. El abogado insistió en que recordase lo que pasó al principio. “Me la quedé mirando, me devolvió la mirada, bailamos, tomé unos vodkas y…”, repitió el hombre, dominado por la desesperación. Al letrado se le ocurrió una idea. Invitó a su cliente a que bebiese unos vodkas para entonar la memoria. En cuanto apuró el segundo, el hombre pidió dos más. “¿Necesita tantos?” “No para recordar, pero sí para olvidar”.

 

 

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