Gratitud

Álvaro Medina de Toro · Béjar (Salamanca) 

No fue fácil: una piscina en suelo rústico protegido es ilegal, incluso si es para que dos niños, tras ser atropellados por un borracho, hagan hidroterapia. Su padre, pastor de cabras, no tenía ninguna otra propiedad. Su pena no fue bastante argumento. Las columnas destrozadas de los hijos tampoco. Había que demostrar que la necesidad nunca es ilegal. Luego llegaron los insultos, las denuncias, los morbosos testigos, mentiras poderosas frente a delgadas verdades, los jueces ensimismados, el impudor del silencio… la perplejidad de la justicia. A veces daban ganas de tocar una campana para despertarlos a todos. Los otros vencimientos se atendían a duras penas… La sentencia fue justa. Al final del invierno sonó el timbre de la puerta. En la penumbra, un hombre viejo ofrece al abogado un cabrito vivo. No fue fácil decir no. En una silla de ruedas un niño come una mandarina y sonríe.

 

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