En principio

Calamanda Nevado Cerro · Puertollano (Ciudad Real) 

En principio, el firme juramento que hice a Socorro, mi mujer, sobre las causas de mi resaca, detenida sin recursos… no evitó, el número que monté detrás de los muros de mi colegio de abogados, -durante los días de huelga-. En plena batalla, por impago de honorarios. Mi balneario, idéntica fachada y semejante estructura a la del colegio profesional, solo le quedaba a escasos metros. Aquella noche, bloqueado por los acontecimientos, cerré los ojos en su sauna panorámica, quise disfrutar del paraíso: del vapor de sus baños y de los vapores del coñac. En su piscina climatizada, seguí el método del vapor de hierbas, a cuarenta grados. El amanecer, matizado de niebla, y la imposible orientación que mi estado “cautelar” permitía, me llevaron a la calle ¡fatalidad! Atravesé puerta y despacho del colegio, donde nuestros representantes acordaban medidas; recrudecidas… En paños menores contuve una explicación, y la toalla que caía.

 

 

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