El Abogado

Fernando Chausa Díaz de Figueroa 

Prestar socorro es el principio fundamental de esta profesión, ya sea por ideales, por dinero, como todas las profesiones, no nos engañemos, o por cualquier otro motivo que lleve a un abogado a sentarse en una sala a defender los intereses y derechos del cliente que representa, con la necesaria profesionalidad y objetividad, en el momento en que acepta luchar en los tribunales. Su juramento le prohíbe no auxiliar a quien lo necesite, incluso a lobos disfrazados de ovejas, clamando por alguien que les defienda de una burocracia caótica o simplemente de un desalmado, que en ambos casos puede ser lo mismo. Podrá combatir por un número indefinido de gente, tan grande, que ni él mismo podrá acordarse, al final sólo quedará la resaca de una vida dedicada a los demás llena de llantos y sonrisas.

 

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