BARCELONA

CATI MOYÀ PONS · Estoy aquí 

Al mirar al pobre José, sentado en el banco, recuerdo cada uno de los motivos por los hoy estoy aquí. No me hace falta ya ningún juramento. Estoy segura de que José preferiría una buena resaca, una noche sin dormir, mil discusiones a la mañana siguiente. Y yo me digo que esto, pobre de él, sólo es el principio. Le veo mirar una y otra vez el número de la sala, como si creyera que está en el lugar equivocado. Aunque sabe que es aquí donde se va a juzgar al hombre que, conduciendo bajo los efectos del alcohol, atropelló a su mujer cuando iba hacia su restaurante favorito para celebrar sus 12 años de matrimonio. Aunque me cueste entenderlo, leo en sus ojos una mezcla de grito de socorro y de agradecimiento que me recuerda, una vez más, porqué estoy aquí.

 

 

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