Resultados, los justos
Marta Trutxuelo GarcíaAún faltan varios minutos… mientras esperamos los resultados cierro los ojos y asaltan mi mente los colores del pasado… Una mujer, en pie junto a un estrado, con una toga sobre sus hombros y un expediente en la mano. Un hombre, de pie tras la fregadera, con un delantal sobre su pecho y un estropajo en la mano. Ojalá… pero no fue así. En casa de mis padres sólo uno podía legislar acerca del reparto de las tareas domésticas; las adjudicatarias, mi madre y yo. Las únicas brechas que preocupaban a mi padre eran las que lucía mi hermano en las rodillas tras jugar al fútbol. ¿Conciliar? Sí, mi madre hacía malabarismos entre expedientes, comidas y pañales, mientras que mi padre conciliaba el sueño.
Es la hora, comprobamos las notas: aprobado, jueza titular. Mi pareja sonríe, como ayer al conocer otro resultado: será niña, la llamaremos Violeta, como mi madre.
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Enhorabuena Marta por tu relato. Un tributo a nuestras madres a las que no se les dio la oportunidad de elegir.
Un abrazo
De entre todas tus atinadas palabras me quedo con «malabarismos» porque resume a la perfección el papel que todavía desempeñan muchas mujeres para tener una vida propia, que sólo les pertenezca a ellas. De las que las precedieron, nada mejor que añadir al retrato que tú haces. En fin, Martutxi, precioso relato, ahíto de esa sensibilidad que derrochas. Enhorabuena y mi voto. Muxus.