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David Villar Cembellín 

«Ni siquiera los perros hacen caca dentro de sus casetas», alertó sobre la situación Jane Fonda. Otra mujer, Rena Lee, capitaneó esta batalla. Como experta en derecho internacional y Embajadora de la ONU, logró legislar un tratado que protegiese al menos el 30% de los océanos. Sucedió la semana pasada. Se trata de un acuerdo que abre una brecha con el pasado. A partir de ahora se establecerán zonas marinas protegidas y se prohibirá la pesca de arrastre. Esta ley preservará los ecosistemas de tortugas, marsopas y cormoranes, garantizando la conservación de la biodiversidad. Aquellos conceptos que parecían imposibles de conciliar, industria pesquera y vida marina, deberán convivir. La normativa nació en una oficina, pero tendrá impacto mundial. «El barco ha llegado a la costa», anunció Rena Lee mostrando una sonrisa verdeazulada y a lo lejos también sonreían los fondos abisales, los corales violetas, las inofensivas anémonas.

 

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