CONSEJOS VENDO
Alberto Ferran RoyoGracias a su duro trabajo, Raquel había doblado su facturación respecto al año anterior. Tenía unos números sin igual, pero jamás había oído hablar del ascenso. En su interior, sabía que ser mujer era una condena a quedar bajo un techo de cristal. Atormentada por estos pensamientos, intentó apartarlos antes de llamar a su jefe.
—Hola Carlos, la reunión con la empresa ha ido genial. Creo que podremos tener el documento con las medidas cerrado esta semana.
—Genial Raquel, no podría vivir sin ti. ¿Cuándo estarás por aquí?
—Pues quería pedirte si puedo volver ya mañana, que es tarde y tengo al niño enfermo.
—Ni hablar, ya sabes lo que hay.
Así que Raquel volvió a su despacho, en el que una placa indicaba “Abogados especializados en igualdad”. Esperaba tener redactado pronto el plan de conciliación de su cliente, para llegar a casa ni que fuera a cenar.
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No entiendo la última frase de tu relato. Podrías explicarme qué quieres decir?
Un saludo
La idea es que la abogada está trabajando en unas medidas de conciliación para los trabajadores de una empresa cliente, dentro de un Plan de Igualdad, mientras que en su propio despacho es muy difícil poder conciliar.
Un saludo,
Lo que no entiendo es la última frase
Muy buen micro, Alberto. Muestra claramente esa doble moral que tienen algunos, que van por ahí cacareando y llenándose la boca con buenos propósitos, y luego no son capaces -o no les da la gana- de aplicarlos. Una lástima que la pobre Raquel no pueda darle una patada a su jefe donde más le duela, porque de él depende la subsistencia de ese hijo enfermo. Suerte y que encuentre otro trabajo con un patrón mejor.
Mi voto y un abrazo.
Hola Ana María,
Muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.