No nos mires
Esperanza Tirado JiménezLlegaba al edificio donde se efectuaría el desahucio, y ya desde la esquina se escuchaban los gritos.
¡Vivienda digna para todos ya!
¡Luchamos por nuestros derechos!
Un poco asustado en mi primer caso a pie de calle, me encontré con un paisaje urbano con el que jamás hubiera coincidido en la facultad ni sus aledaños.
Hay que construir a la persona y a su profesión pasito a paso, pensé. Saber adaptarse y ser resiliente son la clave.
La genética indicaba que el material que me formaba era de buena pasta. Tatarabuelos y abuelos de renombre en la judicatura, mis padres codirigiendo su propio bufete de éxito…
Y yo. El joven abogado ansioso de cambiar el mundo y quizá pegarle un mordisco de éxito legal.
Pero aquella realidad no casaba con lo heredado y aprendido.
Avancé, cerré los ojos y escuché mi voz uniéndose a los que clamaban por sus derechos.
+7
Queremos saber tu opinión
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
«No nos mires, únete». Ya sabemos que los abogados han de defender todo tipo de intereses, para eso son profesionales. Tu protagonista, pese a ser un principiante, ha dejado claro que también puede ser posible elegir a quién se representa, para que la justicia sea eso, justa. Tal vez no sea el camino sencillo, pero seguro que se sentirá orgulloso de haber edificado su propio camino.
Un relato que muestra la necesidad de actuar conforme a lo que el corazón y las inclinaciones nos dicen.
Un abrazo y suerte, Esperanza
A veces en los genes no está la respuesta. Y la tradición pesa mucho, pero la vida manda, quizá algo más.
Gracias Ángel.
Un abrazo
El protagonista se ha dado cuenta que la justicia no solo son leyes y recovecos legales sino también empatía y equidad. Muy bueno, Esperanza. Un abrazo y suerte.
En ese equilibro tan complicado está la clave de todo. O casi.
Gracias Salvador
Enhorabuena Esperanza. Mucho ánimo en la lucha diaria y a por todas.
Un fuerte abrazo y mi voto
Y si es con microrrelatos se lleva todo un poco mejor.
Gracias Jero.
Un abrazo y otro voto ♣
Dicen que «de casta le viene al galgo», pero no necesariamente todo.
Suerte para tu abogado, la va a necesitar.
Como decían por ahí, no eran galgos sino podencos.
Este parece que no salió a la familia, aunque no siempre eso es algo en contra.
Gracias Margarita