El juicio final
Ander Balzategi JuldainPuse el canon en do mayor de Pachelbel y acercándome a la ventana me apresté a desplegar mi alegato final. Pensé en argüir mi perplejidad por un juicio tan sumario, sin dar siquiera oportunidad al inculpado para defenderse. “In dubio pro reo” me reafirmé. A pesar de las desigualdades que produjo entre sus semejantes, a pesar de que extendiese sin reparo la brecha del pecado, también él merecía un juicio justo. Listé en voz alta aspectos positivos de su existencia, recordé momentos en los que supo discriminar entre el bien y el mal, ¡ah, y su genialidad! ¡Esos arrebatos divinos en los que arañó el cielo! La música, la poesía… La esfera crecía indefectiblemente mientras yo disfrutaba de mi último ejercicio como abogado fumando un habano. Nunca esperé que el meteorito modificase su trayectoria por muy bueno que fuese mi alegato.
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La resignación diletante, una actitud digna de elogio y de imitación. Muy bien escrito. Felicidades y mi voto.
y eso que es difícil defender al ser humano. Muchas gracias por el voto
Un alegato impactante! o anti-impactos, más bien. Enhorabuena
Con buena música todo se soporta mejor, gracias
Hay que tener cuidado con lo que se dice, porque las palabras son poderosas, también las de un abogado, que, pueden convocar a los elementos, con fatales consecuencias.
Buen título para un original relato.
Un saludo, Ander
Te agradezco el voto y el comentario, un saludo
Ander, un relato súper-original, sensorial, perfecto para visionarlo (estupendo guión cinematográfico).
Y con sorpresa final.
Me gusta!!!
Un abrazo y un voto :)