Imagen de perfilDeseo de futuro

Maria Navedo Saurina 

Se sentó en mi despacho observando con admiración mi título de abogada. Ella llegó hace unos meses, huyendo de la desigualdad y la injusticia, en busca de oportunidades. Se le iluminaron los ojos cuando me contó, con su incipiente español, que en su país no hay trabajo y que el dinero que ha ganado en el campo le servirá para ayudar a su familia. Aunque intuyo algo más tras el brillo de su mirada.
Por eso reclama mi ayuda para tramitar un nuevo permiso. Quiere quedarse en un país donde ser mujer no es un estigma. Aquí las mujeres pueden ser abogadas, maestras o doctoras, luchan juntas para cerrar brechas y se aprende a discriminar en positivo. Pero en el contrato que firmó ya acordó su viaje de vuelta. Y ella, con los ojos aún brillantes, me asegura que el próximo año volverá de nuevo…¿a recoger fresas?

 

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