CARMELA
Ana Isabel Rodríguez VázquezCrecí rodeado de jueces y fiscales. Combinando meriendas entre archivos, con visitas guiadas al sótano donde los expedientes sufrían largos periodos de hibernación.
Si algo positivo tenía el trabajo de mi madre, era propiciar la oportunidad de camuflarme en la sala de vistas como improvisado espectador, y convertir los interrogatorios y veredictos en mi espectáculo favorito.
Ella me enseñó a no discriminar. Decía que la desigualdad es una brecha que debemos cerrar para ser una sociedad mas justa.
Allí germinó la semilla de mi vocación, hasta convertirme en el abogado penalista que ahora soy.
Y todo gracias al esfuerzo de una gran mujer que apenas sabía leer, y a la que en el juzgado todos conocían como «Carmela, la limpiadora».
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Emotivo relato, fiel reflejo del sacrificio de tantas mujeres para que sus hijos prosperasen. Enhorabuena y mi voto
La madres , siempre dispuestas al sacrificio…
Gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.
Los que hemos tenido la oportunidad de formarnos no apreciamos, a menudo, la suerte que tenemos, como tampoco valoramos que otras personas que no tuvieron la fortuna de poder tener estudios sí que atesoren posiblemente, una sabiduría vital en verdad apreciable, un tesoro que, además, saben transmitir.
Un relato con un final inesperado con el que casi dan ganas de aplaudir.
Un saludo y mi voto para Carmela y para ti, Ana Isabel.
Que bonitas palabras, Ángel.
Muchísimas gracias. Carmela y yo te enviamos un beso enorme.
Ana, me ha encantado como has ido desarrollando, entretejiendo el argumento hasta el desenlace final. Una historia llena de ternura y agradecimiento.
Mis felicitaciones y mi voto.
Un abrazo.
Muchas gracias, Amparo. Me alegra que te haya gustado. Besos.
Viva tu Carmela y todas las Carmelas del mundo, Anaaaa!!! En vísperas del día de la mujer, a quién mejor que homenajear a las madres trabajadoras???
Me ha gustado mucho cómo nos vas llevando hasta la sorpresa final del relato.
Enhorabuena, suerte y mi voto incondicional!
besooos
Marta
Hola, Marta. Muchas gracias por tus palabras, siempre eres muy amable y cariñosa .
Un montón de besos.
Un relato sereno, sentido y muy humano. Por un momento pensé que Carmela era la jueza y el giro final ha sido muy bueno. Mi voto y mucha suerte
Hola, Ángel. Me gustan los finales inesperados, así que me alegra tu pequeña duda sobre mi Carmela… jajaja.
Muchas gracias por tu comentario y tu voto.
Un abrazo.
Ana Isabel, tu relato me parece una verdadera joya, muy bueno. Un narración impecable para una gran historia. Enhorabuena.
Hay muchas «Carmelas» en este mundo, a las cuales tenemos mucho que agradecer.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Un beso.
Tu comentario sí que es una joya, Javier.
Tus palabras tienen un gran valor para mí.
Muchísimas gracias, de corazón.
Besos.
Ana Isabel, un relato precioso como homenaje al sacrificio de una gran madre.
Te deseo mucha suerte y te dejo mi voto.
Besos apretados.
Hola, Pilar.
Muy agradecida por tu comentario y tu voto.
Besos.
Hola, Ana.
Emotivo, hermoso, delicado… Bravo!!
Un abrazo gigantesco y suerte.
Hola, Towanda.
Muchas gracias por tus palabras.
Un abrazo enorme.