COLOFÓN

Manuel de la Peña Garrido · MADRID 

Veinte años ejerciendo y vaya colofón. Me convocó el Gran Jefe, me dio la extremaunción. “Lo siento, Perry Mason, se acabó la función. Tres trimestres perdiendo. Ya no hay financiación”. Veinte días por año. Injusta expropiación. Apenas un sollozo tras la conciliación. Toca cambio de vida. Haré una oposición. Vaya, están suspendidas con la congelación. Los extras, la hipoteca… ¡Pactaré una dación! Hay gastos prescindibles: el gimnasio, las copas, los viajes a Japón… Ventajas: luciré vientre plano, me abrochará el botón. No sigas dando vueltas, perderás la razón. Empeñé hasta la toga. Adiós al noble oficio de Julio y Cicerón. Como gracias a Cáritas, al lado de excolegas como Pedro o Ramón. Malvivo a la intemperie, me acuesto en un cartón. Mendigo en esta esquina tocando el saxofón.

 

 

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