PLANES DE FUTURO

ISABEL FRAILE SANCHEZ · Arucas(LAS PALMAS) 

No podía creerlo. Allí estaban sus números, ¡por fin, después de mil años! “Sólo hay un acertante”, decía el periódico. El corazón se disparó alocado y un calor, como si tuviera una hoguera interna, coloreó sus mejillas. Ahora todo sería distinto: se acabó comer el menú más barato, vestir de mercadillo, los pleitos a comisión. ¡Montaría su propio bufete! Y… recordó a su marido, vago y chupasangre, siempre viviendo a su costa. ¿Debía decírselo?, ¿llegar a un pacto y repartir el dinero? ¡No!, la clave estaba en callar y, después del divorcio, cobrar el premio. Fue a su casa para recoger el boleto y depositarlo, discretamente, en la Caja de Ahorros. Abrió la puerta, oyó aquel murmullo mecánico y el corazón se le volvió a acelerar por un mal presentimiento. Desde la cocina llegó su voz. “Cariño, ¿tienes que volver al Juzgado?, estoy lavando tu toga. ¡Estarás contenta!”

 

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