Mi sueño

NANCY FERNANDEZ BARGIELA · M¡µLAGA 

Había llegado por fin el pleito soñado tras más de veinte años de ejercicio profesional. Mi vida ya no sería la misma. Con la minuta que le pasaría al cliente podría cambiar mi coche por el todoterreno que veía inalcanzable todas las mañanas al pasar por delante del escaparate de la BMW. Podría dejar de comer el menú del día que me servían en el bar de la esquina. Podría hacer una hoguera con todos los folios recicables que usaba para no tener más gasto de papel.La comisión del delito estaba clara y la clave para ganar el juicio estaba en mis manos. Mi sonrisa era inmensa. Nada podía salir mal. Los médicos aún no se explican mi cara de alegría.Núnca saldría del coma que me había producido la intensidad de un sueño eterno.

 

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