Cortejar al diablo

Belén Solesio López-Bosch · Pozuelo de Alarcón (Madrid) 

A algunos puede parecerles el argumento de una novela, pero todo lo que cuento ocurrió en realidad y fue la causa de mi presente desdicha. Siempre sentí un enorme interés por la magia negra y el ocultismo, y tres meses atrás contacté con una secta satánica por internet. Cubierto con la capucha del hábito y el antifaz de rigor, entré en la ermita cercana al cementerio donde se celebraba la misa negra. Una mujer desnuda, con un bebé como ofrenda sobre su pecho, actuaba como altar mientras una salmodia sorda resonaba en el templo. El oficiante elevaba ya el cuchillo para el sacrificio, cuando todos los adeptos nos vimos conminados por miembros de los GEO, armados hasta los dientes, a permanecer inmóviles y descubrir nuestros rostros. La fotografía fue portada de todos los periódicos del domingo. Como magistrado, sé que el sobreseimiento es imposible; como hombre, sé que estoy acabado.

 

0 Votos

 

Queremos saber tu opinión