Piel de abogado

Emiliano Fernández Sans · Tarragona 

Descanso en un armario. Acompañada por un conjunto de hermanas. Siempre esperando. Todos pueden utilizarme. Siento los latidos del corazón de quienes sucesivamente me dan vida. A veces es alguien jóven que suda en mi interior necesitando una esponja. Otras alguien mayor que gesticula con mis brazos. – Con la venia Señoría… – No es más cierto que … Otorgo respeto. Uniformo y concedo potestad. Mis orígenes provienen nada menos del ritual del juicio, con mayúsculas, de la Roma imperial. Justiniano. En las duras batallas de mis años de ejercicio he realizado un verdadero master en Derecho. Glorificando los rumores de la Sala. Defendiendo o acusando pero sin dejar de insuflar responsabilidad al abogado que de cualquier bufete necesitó mis servicios. Mis primas, con puñetas en las mangas, me envidian porque represento al letrado en estado puro. Hoy estoy contenta, toca ducha, me deslizo venturosa por la ventanilla de la lavandería. Resplandezco.

 

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