ABOGADO DE GUERRILLAS
Jesús Marinetto IglesiasMe visto y siento el contacto con la toga, mi uniforme de combate. Subo al escenario bélico y hostil que constituyen los estrados. Una letrada va a documentar todo mi alegato y dará fe de todos mis argumentos, para la posteridad. En frente, el enemigo, al acecho, un bando tan inocente o culpable como el otro. Un juez dictará nuestro destino, una suerte en la que nadie gana todo y todos pierden algo. ¿Es posible perdonar en tiempos de guerra? Mantengo y defiendo mi posición afirmativa en el campo de batalla. Alzo la voz de forma vehemente, la palabra, mi única arma en el fragor de la contienda. Quizás sea una táctica abusiva, pero soy abogado, un superviviente, un mercenario de la justicia y un acérrimo defensor de la paz. Un anhelo por el que nunca estorban las palabras y siempre sobran las malditas balas.
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El poder de la palabra y la razón en el Estado de Derecho. Dicen que un hombre con traje, corbata y maletín puede hacer tanto daño como un ejército armado hasta los dientes. Buen relato. Un abrazo y mucha suerte.
Muchas gracias, compañero. Saludos.