De cruces y bifurcaciones
Patricia Collazo GonzálezCuando te conocí estábamos en pleno crecimiento: tú te formabas para convertirte en un abogado de prestigio, como tu estirpe lo exigía. Yo, en cambio, tenía el sueño de proteger a los desvalidos, a la gente con hambre, quería ser el recurso gracias al que los desamparados obtendrían justicia. Así de diferentes eran nuestros objetivos.
Hoy volvimos a cruzarnos. Tú como representante de la multinacional que mantiene cortado el suministro eléctrico de la Cañada desde hace meses. Yo, rodeado de miradas oscuras, de almas ateridas, intentando darles voz.
Te invité a pasar la noche en una de las chabolas. Nada hay como vivir las cosas en primera persona, te aseguré por experiencia. Tú frunciste la nariz y deshiciste el camino de tierra que había dejado tus zapatos de gamuza a unos escasos metros de mis botas embarradas.
Seguimos siendo tan distintos como entonces. Inexplicable que ambos estudiáramos la misma carrera.
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Personas con la misma formación pero diferentes prioridades. Una basada en servir a los necesitados. La otra, en el beneficio de unos pocos. Hay quien asegura que es el destino quien mueve nuestros hilos, pero algunos queremos pensar que siempre se puede elegir. Algún día la conciencia le pedirá cuentas al abogado de zapatos de gamuza. Hay valores que no se compran con nada.
Un relato con dos mundos dispares y hasta enfrentados, aunque parezcan vivir en el mismo y partir de la misma salida.
Un abrazo y suerte, Patricia
Muchas gracias, Ángel. Lo que no se compra con nada es tener amigos ángeles como tú.
Un abrazo
Los dos pesos de la balanza en su natural desequilibrio. Buen relato. Enhorabuena y mi voto. Un saludo
¡Muchas gracias, Nicolás!
Un saludo
Tremendo. Cómo se puede partir de un mismo punto para llegar a lugares opuestos. Como siempre, brillante escritura.
¡Muchas gracias, María! Qué bueno verte por aquí.
Un abrazo
Patricia, muy buen micro, a veces esa disparidad está en uno mismo.
Es cierto, Manuel. Muchas gracias por tu comentario
Me gusta ese dualismo. El mismo ordenamiento jurídico ampara al desvalido y a su agresor. Y el mismo juramento da cobertura a los dos colegiados. Y a veces, más de las que querríamos, nos toca vestirnos de lobo o de cordero. Buen relato. Enhorabuena. Tienes mi voto.
Muchas gracias, Ángel. Por tu comentario y por tu voto. Un saludo
Hola, Patricia. Un micro que refleja el dicho de que cada persona somos un mundo, incluso aun cuando compartamos la misma educación, costumbres, sociedad.
Un gusto leerte, como siempre.
Mi voto y abrazos.
Hola, Amparo. Gracias por tu comentario. El gusto es para mí leerlo.
Un abrazo
Por eso el mundo es como es. Supongo.
Me encanta leerte, Patricia.
Muchas gracias, Margarita. ¡Lo mismo digo!
Un abrazo
A veces, la misma persona tiene que seguir uno u otro camino en un cruce. Somos como el dios Jano; sufrimos de bifrontismo, como cantaba Mecano. Y tal fenómeno es habitual entre los abogados.
Excelente micro, Patricia.
Mucha, y buena, suerte.
Me ha encantado lo del bifrontismo de Mecano.
Muchas gracias por tu comentario y por tus deseos, Manuel.