Imagen de perfilLA EVOLUCIÓN DE LA ESPECIE

Ángel Montoro Valverde 

En los tiempos donde nos tocó crecer no había libertad sexual; pero tampoco la echaba en falta, ya que pasé mi juventud con un bigote ralo, en pleito constante por invadir terrenos a una comunidad de espinillas. Todo ello me ayudó bastante a desistir del intento de conciliar apetitos y jurisprudencia, aplicándome por ello al estudio de lo segundo. Sin embargo, un día, harto de no mirarme al espejo, descubrí que mi bigote había desahuciado a las pústulas; y que con una corbata anudada al cuello de mi camisa, había mutado de ridículo a interesante. Al final, inmediatamente después de aprobar notarías, logré emparejarme con aquella chica por la que bebía los vientos.

Mi hijo es un retrato hiperbólico de mi adolescencia. Muy feo. Tengo fundadas esperanzas en que será un bello registrador.

 

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