VOCACIÓN
Margarita del BrezoNo olvido la pequeña furgoneta cargada de libros que martes y viernes aparcaba delante de la iglesia. La visitaba con tanta frecuencia que pronto me gané la confianza de Damián, el conductor, además de sus entusiastas recomendaciones literarias. Años después me marché a estudiar derecho y, cuando regresé, en el barrio había una biblioteca de ladrillo. No volví a verlo. Hasta esta mañana, en el despacho. Lo reconocí al instante. Sus manos arrugadas sostenían «El collar de la reina», el primer libro que me prestó. La noticia de un concurso de microrrelatos sobre abogados que gané le puso sobre mi pista. Hemos hablado de la vida, la suya y la mía. También de la que no está escrita todavía. Y de que poder redactar contratos y alegaciones, recursos e impugnaciones en mi trabajo es todo un privilegio. Tanto que a veces no sé bien si soy abogado o escritor.
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Buen relato Margarita.Tienes mi voto. Ahora con Lexnet …abogado, escritor e informático.
Gracias, Litispendiente, por tu lectura y por tu voto.
Y sí, los abogados, siempre aprendiendo.
Un cordial saludo.
Hola, Margarita.
Qué bonito círculo cerrado, con cada pieza que vuelve al mismo sitio.
Precioso, te deseo suertísima para este mes y te mando abrazos gigantes.
Eres la reina de los relatos, Towanda, y yo, tu gran admiradora.
Gracias por acercarte por aquí.
Un beso
Hola, Margarita.
Tejes muy bien la dicotomía. El dilema. Y también la amistad que se reencuentra por mor del concurso, seguro que por este concurso. No es sencillo elegir no entre esos dos trabajos, por mucho que los textos jurídicos sean libros, palabras. Un beso.
Hola, Eduardo.
Lo ideal sería no tener que elegir. Hacer del trabajo y de la escritura un arte. No está al alcance de cualquiera, pero que no sea por no intentarlo.
Gracias por tu comentario.
Un beso.